Nos esforzamos por luchar contra el calentamiento global mientras desarrollamos nuestra actividad. Hemos reducido nuestra huella de carbono con el uso de fuentes de energía más limpias y respetuosas con el medio ambiente y hemos mejorado nuestra eficiencia energética con la sustitución de los equipos por otros de nueva generación.
Las acciones realizadas hasta ahora en nuestras operaciones, de la mano de la revalorización de residuos, la reducción del consumo de agua y el ahorro de consumo energético, nos ha llevado a una reducción orgánica del 5% de nuestra huella de carbono entre 2008 y 2015.
En 2018 hemos empezado a apostar por una agricultura 4.0 implementando una estación de control de riego y humedad en los campos de maíz dulce. Así logramos reducir aún más nuestros recursos hídricos.
Estos son los logros de los que nos sentimos orgullosos y por los que continuaremos trabajando.
¿Cómo lo estamos consiguiendo?
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PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS
El agua es uno de los elementos naturales que se encuentra en mayor cantidad en nuestro planeta, es un componente esencial para la supervivencia y permite el desarrollo de diferentes formas de vida. El problema es que la mayor parte de ella está contaminada o no es potable y esto, sumado a la mala utilización y el despilfarro, nos lleva a una escasez de agua, por lo que debemos cuidar y regular su uso y consumo.
En El Campo hemos logrado, gracias a nuestra Planta de Tratamiento de Aguas inaugurada en 2010, devolver a la naturaleza el 95% del agua utilizada para nuestro proceso de producción de la misma forma que la tomamos, completamente limpia.
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REDUCCIÓN DE GASES PARA COMBATIR EL EFECTO INVERNADERO
El efecto invernadero es un proceso en el que la radiación térmica que desprende la superficie del planeta es absorbida por ciertos gases localizados en la atmósfera, y reirradiada en todas las direcciones.
Esto supone en un aumento de la temperatura de la Tierra, conocido como calentamiento global, que trae consigo unas consecuencias que ya se pueden observar: la subida del nivel del mar, la erosión del terreno, fenómenos meteorológicos extremos o cambios en el hábitat de los animales.
Es imprescindible fomentar una disminución de estas emisiones para frenar el gran avance del cambio climático.
Por nuestra parte, trabajamos a nivel internacional con empresas de distribución que agrupan productos de diferentes empresas que van a exportar al mismo país, para realizar un envío conjunto. Con esto contribuimos a reducir la emisión de gases derivada del transporte.
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EN MATERIA ENERGÉTICA
La eficiencia energética es una práctica que consiste en reducir la cantidad de energía requerida para proporcionar un mismo producto o servicio. Para ello se busca generar energías renovables y proteger el medio ambiente.
Existen muchas medidas que podemos llevar a cabo para ahorrar energía y muchas para implementar y fomentar el uso eficiente de la misma.
En nuestra fábrica hemos reducido el consumo de agua, utilizando las tecnologías más eficientes en la producción y envasado de nuestros productos e incrementando procesos de mejora e innovación tecnológica que fomentan la reducción y reutilización del agua.
Hemos valorizado en torno al 95% de los residuos generados en nuestras instalaciones a lo largo de 2015, cifra que esperamos aumentar al 100% a corto plazo mediante el fomento del reciclado de los residuos.
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UNA AGRICULTURA MEJOR PARA TODOS
Es necesario trabajar el concepto de agricultura sostenible: contribuye a la mejora de la calidad ambiental y los recursos básicos de los que depende la agricultura, es económicamente viable y mejora la sociedad. Esta idea nace por el gran incremento de la productividad agrícola en los años 80.
La conservación de los recursos productivos y del medio ambiente constituyen las dos exigencias básicas de la variable ecológica de la agricultura sostenible.
En nuestros campos hemos desarrollado prácticas de agricultura sostenible en el cultivo de productos de forma rentable.
Incorporamos los residuos orgánicos de la cosecha en el suelo para facilitar su posterior descomposición ya que disponemos de tiempo suficiente antes de iniciar el próximo cultivo. El elevado contenido hídrico de estos residuos y su baja relación C/N (15 a 20) promueve una descomposición bastante rápida y, generalmente, su incorporación al suelo no conlleva el riesgo de “hambre de nitrógeno” en el siguiente cultivo.
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