Saray Serrano es una niña que ha enviado este curioso cuento a Silvia Muñoz, gerente de Precocinados El Campo, y cuyos protagonistas son Mazorquín y Remolachín.
Queremos compartirlo con todos porque nos ha gustado mucho. ¡Gracias Saray!
En un campo de maíz vivía un maíz jovencito llamado Mazorquita. Sus padres murieron y Mazorquita se fue a vivir con su abuelo. Su abuelo le contaba un cuento diferente cada noche y hoy le tocaba un cuento especial.-Mazorquita hoy toca un cuento especial. Decía su abuelo.
-¡Bien! Decía Mazorquita con alegría.
– Empiezo. Había una vez un jovencito maíz ya era maduro y le cortaron le subieron a un camión y allí se enamoro, a lo lejos vio a una hermosa mazorca y parecía estar libre pensaba. Estaba tan distraído que cayó del camión. Pensó que estaba perdido, anduvo durante días hasta que se desmayó. Una remolacha que pasó por allí le vio y se acercó para ayudarle.
-Hola estás bien. Dijo la joven remolacha.
El maíz abrió los ojos y vio a la remolacha.
-¿Eh? Dónde estoy. Se dijo él mismo.
-Estás en Praderas El Campo.
-¿Dónde está el campo de las mazorcas?
-Ahora mismo estás muy lejos de él, se me olvidó presentarme me llamo Remolachín y tú ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Mazorquín me llevaban en un camión y caí y tú ¿qué haces por aquí?
-Mis amigos piensan que soy tímido y para demostrarles que no es así les propuse que iría hasta la fábrica Del Campo me haría una foto y volvería.
-Yo no te veo tímido te acercaste cuando estaba en el suelo inconsciente si eso no es de valientes.
-Ya pero tú eres una mazorca que pasa con las zanahorias, son muy fuertes.
-Yo también les tengo miedo pero no hay que hacerse notar.
-Lo tendré en cuenta y ¿dónde te diriges?
-No sé estoy un poco perdido.
-Oye por qué no me acompañas. Decía la joven remolacha.
-Bueno, no tengo nada que hacer.
-Bien seremos colegas. Decía la joven remolacha entusiasmada.
Mazorquín y Remolachín siguieron con su viaje. Cuando se dieron cuenta estaban pasando por el campo de las zanahorias. El único que se dio cuenta fue Mazorquín:
-Eee amiguito. Dijo Mazorquín confuso.
-¿Qué pasa compañero?
-Estamos pasando por el campo de las mazorcas.
-Oh no, ¡me van a pegar!
-Mientras esté yo aquí no.
-Jajaja ¿seguro? Dice una voz oculta en el arbusto.
Remolachin se asustó y se fue tras un árbol. Apareció una sombra, Mazorquín subió la cabeza y era una zanahoria.
-Oh no, le harán daño. Pensó Remolachín.
-Hola debilucho qué haces en mi campo.
-Este campo no es de nadie.
-Eso lo diré yo.
-No sabía que tú mandabas aquí.
-Pues sí y ahora te irás o hare yo que te vayas.
-Tengo que seguir mi camino.
La zanahoria iba a tirar a Mazorquín cuando de repente Remolachín lo evitó dándole un empujón. La zanahoria al ver lo que había hecho huyó.
-Eh amiguito me has salvado eres un valiente no hace falta que sigas con la apuesta.
-Pero ellos no me han visto necesito una prueba y no la tengo.
-Pero tú lo sabes eso vale más que nada.
-Ya lo sé pero ya que he llegado aquí no me voy a echar atrás.
-Entonces nos queda un largo viaje.
Los dos amigos siguieron su camino hasta que llegaron a una fábrica que se llamaba El Campo, era muy grande y de un color rojo vivo. Entraron por una puerta con cristalera vieron unas oficinas, no sabían dónde estaban:
-¿Esta es la fábrica que decías?
-No se, creo que sí vamos sígueme.
-Remolachín no es momento para jugar a los exploradores.
-Tú sígueme.
– Si nos metemos en líos es culpa tuya.
Abrieron una puerta y vieron a personas trabajando y Remolachín vio a su padre:
-Eh es mi padre Remolacho ayúdame a salvarlo.
-Remolachín es el ciclo, nacemos, maduramos, nos cortan y a la cocina.
-No me gusta ese ciclo.
-¿Por qué no?
-¿Es que a ti te gusta el ciclo?
-Sí porque me convierto en una comida riquísima.
-Y yo pero no quiero acabar así.
-Bueno ponte ahí que te sacó la foto. Sonríe.
-A ver cómo ha salido perfecta venga vámonos a casa.
-Ay . Suspiró.
-¿Qué te pasa?.
-Que ya no volveremos a ser amigos, tu apuesta ya está cumplida.
-Eso no es razón para no seguir siendo amigos.
-Tienes razón amigos para siempre.
-Amigos para siempre.
Y así Mazorquín y Remolachín se hicieron amigos para SIEMPRE.
-Bueno qué te parece nietecito ¿te ha gustado?
-Sí me ha encantado ójala fuera esa mazorca por cierto se llama como tú.
-La verdad es que esa es mi historia era joven y me enamoré de tu abuela en el camión en el camino de vuelta la volví a ver y nació tu madre.
-¿Y qué paso con Remolachín?
-Llegó con la foto hasta sus amigos y allí una bella remolacha se enamoró de él, fundó una familia y ya nadie volvió a decir que era un cobarde.
-Venga la cena ya está lista. Decía la abuela desde la cocina.
-Bueno hijo hora de ir a cenar.
Cuando pasaron 20 años Mazorquín le contó la misma historia a sus nietos y así durante generaciones.
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